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sábado, 21 de julio de 2007

Harry Potter: ¿un fenómeno de masas, un fenómeno de marketing, o un gran mago?

Harry Potter, bueno J.K. Rowling en su nombre, ha (o han) conseguido algo de lo que en estos últimos tiempos se dice que los niños y adolescentes andan escasos: interés por la lectura.

En estos días podemos ver una y mil veces en medios informativos lo que algunos ya se atreven a denominar como "el efecto Harry Potter".

Será un fenómeno de marketing, pero lo cierto es que está consiguiendo que miles de jóvenes se interesen por la lectura.

En otros tiempos, la lectura de una obra iba precedida a la posible versión cinemátográfica. Ahora podemos encontrar también el orden inverso: vemos una película basada en una novela, y, si nos ha gustado mucho, nos compramos el libro.

Si esto es así, ¡bienvenidas sean las versiones cinematográficas!

Los profes debemos saber aprovechar estos fenómenos juveniles para motivar a nuestros estudiantes.

Normalmente en la escuela (y en la universidad) hemos tenido que leer libros con los que no nos hemos sentido en nada atraídos: sí, las archiconocidas lecturas obligatorias, que ya con ese nombre invitan a cogerles de todo menos cariño. Esto tiene mucho que ver con el debate del corpus: ¿qué obras españolas deben los estudiantes de secundaria conocer? ¿de cuáles deben examinarse?.

Este sería un tema muy interesante del que opinar y del que dar propuestas alternativas (si es que pensamos que el corpus debería modificarse).

Os recomiendo la lectura al respecto de "Lectura y lectores en la ESO. Una investigación educativa", de Isabel Tejerina Lobo (dir.) y Borja Rodríguez Gutiérrez (coord.), publicada en la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes.

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