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lunes, 6 de octubre de 2008

Jugando a los médicos


De esta guisa me he presentado hoy en clase: con mi cofia de enfermera.


Sí, la clase de hoy iba sobre médicos, pacientes y los me duele/ no me duele.


Pues bien, después de repasar una vez más las partes del cuerpo más importantes donde me puedo dar un "mamporro", o me pueden causar dolor, hemos pasado a los medicamentos.


Ahí es donde yo he sacado mi bolsita de medicinas (mi madre me envió muuuuy bien preparada a China, vamos, que tengo casi de todo, farmacia andante). Hemos visto la diferencia entre comprimido, comprimido recubierto con película, comprimido efervescente, cápsula, amén del jarabe, las cremitas (los mosquitos chinos son muy cojoneros, al menos conmigo, debe de ser que les gusta la sangre guiri española), los sobres preparados, inyecciones, tiritas, termómetro, parches, alcohol y algodón, y los supositorios (de esto no tenía en mi bolsita, jajaja), que no sabían qué es lo que eran, y me ha tocado explicarlo muy gestualmente, aunque ni por esas, por lo que finalmente he optado por dibujar un culete en la pizarra y el susodicho supositorio. Ahí ya hemos despejado la duda (a la vista de las risas, carcajadas y caras rojas de vergüenza de mis fervientes discípulos del 2º curso).


Después del uso cutáneo, la vía oral, la intramuscular... y la rectal, y de explicar algunas diferencias culturales entre la manera de llegar a la consulta del médico (en China no existe la cita previa, sino que llegas directamente a la consulta, y además no pasas por el médico de cabecera, sino que vas al hospital que quieres a la consulta del especialista) me he dispuesto, una vez más, a remover los muebles de la clase, aunque al ser todo filas de asientos unidas y mesas unidas, resulta muy difícil ponerse en situación, pero lo hemos intentado; farmacia a un lado, despacho del médico al otro. La parte más dura ha sido la de encontrar voluntarios que quisieran hacer alguno de los papeles de paciente, médic@ y farmacéutic@.


Finalmente, lo he conseguido a base de amenazas, miradas asesinas y más paripé.


No nos ha dado suficiente tiempo para que todos los alumnos (tengo 32 en esa clase), salgan a la palestra y demuestren sus dotes teatrales, pero esto no quedará aquí, porque el próximo día seguiremos.


Mi idea es continuar el tema encaminándolo hacia la medicina estética, a ver por dónde salen. Creo que explotaré la canción de Emilio Aragón "Cuidado con Paloma", y tratar de llegar a formar un buen debate.


Ya os contaré.