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lunes, 11 de mayo de 2009

¡Cambiemos el mundo!

A principios del semestre me encontré con que los alumnos del segundo curso no controlaban muy bien el uso del condicional si + imperfecto de subjuntivo que habían estudiado en la clase de gramática de otra compañera china.
Como no me gusta que se queden con dudas, muchas veces me dedico a hacer algún que otro kit-kat en clase para explicarles algo de gramática que su otra profe ni sabe ni quiere explicar (la cruda realidad de algunos profes no nativos, que más que profes podrían asistir como oyentes).

Llevé de nuevo la canción de Los Sírex que ya había utilizado el curso anterior con otro grupo.
Vimos los simbolismos: qué puede ser la escoba (= poder), quiénes son los "chicos" de la canción, etcétera. Y a partir de aquí cada uno de los estudiantes comentó qué es lo que "barrería" si estuviera en posesión de esa maravillosa escoba.
En la siguiente sesión, les llevé unas fotocopias de dos entradas de dos blogs que tenían un mismo tema común: quiero cambiar el mundo.
Después de reflexionar sobre ellas, les dije que cambiar el mundo empezaba por ellos, empezaba por nosotros.
Siguiente paso: audición de "Cambiar el mundo" de Alejandro Lerner.


Después de la energía que da esta canción todos salieron de clase con un espíritu de lucha un poco más elevado que el de costumbre.

Para finalizar con este tema, les pasé un vídeo de Youtube (al que desgraciadamente ya no puedo acceder) con imágenes sobre los problemas del mundo como la pobreza, la guerra, el hambre, etc. y vimos que, de nuevo, todos son causados por el mismo gran problema: el dinero, el mismo que según los Sírex habría que barrer a toda carrera.

Regresamos a "Cambiar el mundo" y les di una nueva personalidad: a partir de entonces eran ministros. Cada ministerio, formado por dos ministros, se encargaba de buscar soluciones a uno de esos grandes problemas vistos en el vídeo.

Cada ministerio dio a conocer sus propuestas, que eran rebatidas o aplaudidas por el resto.

No sé si podremos cambiar el mundo, pero al menos cambiamos nuestras habituales sesiones de conversación.

jueves, 7 de mayo de 2009

¿Vale la pena resucitar un blog muerto?

Todos comenzamos a escribir un blog con mucha energía y dedicación y poco a poco, el blog llega a crearnos dependencia y le dedicamos tantas horas que podría llegar a tratarse casi como de un empleo extra.

Todos los días, nos encargamos de mimar y poner guapo a nuestro niño: que si más colores, más enlaces, más botones, vídeos, música, en definitiva, accesorios a tutiplén.

Pensamos que la cara de tontos embobaos que tenemos con él nos va a durar toda la vida... hasta que comienzan los es que y los aish: es que hoy no tengo tiempo...., aish, voy a ver la tele un ratito y luego escribo una entradita nueva.

¿Y qué es lo que sigue a los es que y a los aish? Pues los mañana.


Y así hasta llegar al estado actual de este blog. Que sí, que sí, que hay muchos es que que tienen un gran peso, como por ejemplo nuestro trabajo y nuestra vida más allá de los mundos virtuales y la poca solidaridad que tiene el país en el que me encuentro con este espacio (véase la palabra bloq _ _ _).



Volviendo la vista atrás me pregunto si merece la pena volver a darle al




¿Será que los blogs, como los alimentos,
tienen fecha de caducidad?