Todos comenzamos a escribir un blog con mucha energía y dedicación y poco a poco, el blog llega a crearnos dependencia y le dedicamos tantas horas que podría llegar a tratarse casi como de un empleo extra.
Todos los días, nos encargamos de mimar y poner guapo a nuestro niño: que si más colores, más enlaces, más botones, vídeos, música, en definitiva, accesorios a tutiplén.
Pensamos que la cara de tontos embobaos que tenemos con él nos va a durar toda la vida... hasta que comienzan los es que y los aish: es que hoy no tengo tiempo...., aish, voy a ver la tele un ratito y luego escribo una entradita nueva.
¿Y qué es lo que sigue a los es que y a los aish? Pues los mañana.
Y así hasta llegar al estado actual de este blog. Que sí, que sí, que hay muchos es que que tienen un gran peso, como por ejemplo nuestro trabajo y nuestra vida más allá de los mundos virtuales y la poca solidaridad que tiene el país en el que me encuentro con este espacio (véase la palabra bloq _ _ _).
Volviendo la vista atrás me pregunto si merece la pena volver a darle al
¿Será que los blogs, como los alimentos, tienen fecha de caducidad?
Claro que vale la pena, es una forma de volver a comenzar, el comenzar es vover a intentar y de esa manera se logran los objetivos, es darte un respiro e inspirarte, y una forma de retroalimentacion, llenarte de ideas nuevas.
ResponderEliminarel viejo adajio, si al principio no alcanzas el exito, intentalo, intentalo otra vez, es muy cierto.