Siguiendo con el mismo tema... si ya es a veces difícil motivar a algunos alumnos (retomo esa idea de que sin Motivación Total no hay motivación) cuando nos enfrentamos a un nuevo curso, después de unas largas vacaciones, se hace pesado retomar la rutina, pero es lo que toca.
Quizá es por ello que muchas veces pecamos de convertir el comienzo del curso en un continuo de actividades lúdicas para que no se haga tan cuesta arriba la vuelta al cole.
¿Pero estamos haciendo las cosas bien?
Sí, claro, estamos haciendo que les/nos sea más llevadero el comienzo... jugando también aprenden, no es nada malo, a todos nos gusta jugar un poco.
¿Seguro?
¿O únicamente estamos haciendo que se malacostumbren a los juegos y ya no quieran hacer otra cosa?
Una vez escuché una conferencia de una profesora, autora de manuales de actividades lúdicas para el ELE que recomendaban los juegos un ratito de la clase, no toda la sesión, una vez por semana.
Esto me recuerda al vino, que es recomendable para la salud, pero siempre y cuando se tome con moderación. O como los medicamentos.
Los juegos en la clase de ELE, ¿con posibles efectos adversos?
¿Cómo podemos retomar bien un nuevo semestre? ¿alguna fórmula magistral?
Amparo:
ResponderEliminarMucho se ha escrito y dicho sobre la motivación, y creo que cualquier profesor interesado en ser un buen profesional, por lo menos alguna vez en la vida se ha puesto a pensar y buscar informaciones sobre el tema para poder mejorar sus clases.
Es bueno tener en el repertorio una serie de técnicas y actividades para ese momento tan especial, pero quiero decirte que yo respondería a tu pregunta final de la siguiente manera:
Más que una clase magistral, lo mejor es llegar en la clase con buen talante, una linda sonrisa que no parezca ficticia y una buena dosis de comprensión y amor sobre el estado de los alumnos entrando de nuevo en el ritmo escolar. Sentarse y conversar francamente con ellos sobre qué hicieron y como se sienten, así como hablar calmadamente y con tono menos profesoral sobre los desafíos que hay para ese semestre tal vez viene mejor que ponerlos (a veces con desgano) a hacer alguna dinámica (100% garantizada).
Creo que la fórmula depende de cada profesor. Lo que más vale es que sea sincera y comunique espectativas positivas.
Algunas lecturas siempre nos vienen bien. Csualmente hoy vi un artículo muy general en Consumer Eroski "A vueltas con el síndrome postvacacional" http://www.consumer.es/web/es/salud/prevencion/2009/09/03/187739.php
y tal vez estas dos reseñas de libros sobre motivación, que hice algunos años atrás, ayudan a reflexionar un poco sobre la complejidad de ese factor.
Jesús Alonso Tapia. "Motivar en la escuela, motivar en la familia". Ediciones Morata, 2005. http://edrev.asu.edu/reviews/revs147index.html
y Ian Gilbert. Motivar para aprender en el aula. Paidós Educador, 2005. http://edrev.asu.edu/reviews/revs92index.htm
Saludos,
Gonzalo
Como siempre, me quito el sombrero ante todos tus conocimientos y tus sabias palabras, Gonzalo.
ResponderEliminarEs, efectivamente, un momento muy especial, ya que alumnos y profesores nos conocemos sobradamente pero parece que todo es, de nuevo, algo nuevo.
Muchos estudiantes seguro que vienen cargados un montón de historias curiosas que les ha ocurrido durante las vacaciones y que están locos por hacer partícipes de ellas a los demás compañeros... y al profesor.
Es, como bien dices, una manera perfecta de relajarnos y de, a su vez, repasar de manera menos dirigida gramática, vocabulario, etc.
Cada semestre que empieza, comento con los estudiantes el plan que medio tendremos (y digo medio porque me gusta que ellos también participen en las decisiones de algunos aspectos), y el porqué de ser de cada una de las asignaturas.
De esta manera son más conscientes de que, como decía la canción de los adorables Fraggle Rock, "vamos a jugar, tus problemas déjalos", pero también "hay que trabajar...".
Un saludo,
Amparo